Era
otro día tan estúpidamente tonto como el de ayer. Lo único divertido de la casa
era una mosca, y eso a Iris no le parecía demasiado entusiasmante.
-¿Qué
se le podía hacer? Son las consecuencias de vivir en un pueblo aburrido.-Pensó
ella.
A
sus 29, se veía en una casa enorme, y absolutamente vacía, después de que su
marido comenzara a criar malvas, aunque eso a ella parecía darle igual.
Naturalmete, le importaba su muerte, pero su cara expresaba tal indiferencia,
que cualquiera que la viera sentía un escalofrío en la espalda al notar que su
gesticulación era casi la misma que la de un Play Movil.
Entonces,
enchufó la gramola que había heredado su difunto marido, de su difunto suegro,
y comenzó a oír a The Beatles. El rock le encantaba. Le hacía sentirse viva. Una
extraña pirueta del corazón, o puede que una cabriola. Casi veía como era
feliz, lo cual no le solía ocurrir. Cuando oía rock se inundaba en una paz y
tranquilidad…humanas…aunque naturalmente debía de ser la única persona que se
quedaba dormida al escuchar este tipo de música. Desde la ventana vio un
Mercedes , o quizás era un Ford, ella no sabía distinguir los coches demasiado
bien, o si quiera, distinguirlos. El suelo pareció moverse, pero solo lo vio
moverse ella, tenía un extraño sexto sentido para saber lo que pasaría desde
que murió su marido, lo cual era bueno, aunque extraño, y ella lo sabía.
Entonces la estantería calló, y ella, se apartó en el momento justo. Como si
nada. Nadie hubiera logrado apartarse así, a no ser que supiera que se iba a
caer, como ella. El coche de la calle paro frente a su puerta como si fuera una
grave emergencia, porque ¿Quién sabe?Pudo ser el destino.
-¿Sí?-Dijo ella, como si se tratara de un pesado vecino el que había parado en frente.-¿Tiene algún problema?
Por unos instantes el propietario del vehículo se quedo algo pasmado, instantes que solo se podían percibir desde una cámara lenta, pero Iris los notó, y le asustó su mirada, por lo que la mirada con la que iris respondió a los ojos del propietario fue bastante atípica. Como la de un ciervo al ver las luces de un coche en medio de la carretera.
Se quedó prendado en sus ojos, en su sonrisa…y aunque tan solo fuera una décima de segundo, la sonrisa de tonto aún estaba en su cara.
No era de extrañar. Iris era muy guapa. Quizás demasiado para saberlo.
Después de unos instantes, la cara del propietario volvió a la preocupación normal.
-Hemos tenido un accidente. Mi hermana está herida. ¿Podemos llamar?
Iris sintió compasión, se acabó lentamente una tostada, mientras el atónito rostro del propietario la miraba, y sin mediar palabra, le dio el teléfono, pero con una cálida sonrisa poco común en ella.
It was another day so stupidly silly like yesterday. The only fun of the house was a fly, and that Iris did not seem too exciting.
- What could you do? These are the consequences of living in a town aburrido. she thought.
At 29, he looked in a huge house, and absolutely empty, after her husband began raising mauve, although that seemed to give her equal. Naturalmete, cared about his death, but his face expressed such indifference, that anyone who saw it felt a shiver down my spine to hear his gesture was almost the same as that of a Play Mobile.
Then plugged the jukebox that had inherited her late husband, of her late father, and began to hear the Beatles. The loved rock. It made him feel alive. A strange heart pirouette, or maybe a caper. Almost looked like he was happy, which did not used to happen. When flooded rock heard in a peace and tranquility ... human ... but of course must be the only person who fell asleep listening to this kind of music. From the window he saw a Mercedes, or maybe it was a Ford, she could not tell the cars too well, or if you like, apart. The ground seemed to move, but she only saw him move, I had a strange sixth sense for knowing what would happen since her husband died, which was good, but strange, and she knew it. Then shut off the shelf, and she pulled away at the right time. Like nothing. No one had been away so unless you knew it was going to fall, like her. The street car stop in front of his door like a serious emergency, because who knows? Could be fate.
Iris opened. Parsimony first. Neither the worried faces of the occupants of the car made it go faster and worried. His character was so soft, relaxed and unalterable ... Neither the Buddha himself could never do that.
- Yes? 'She said, as if it were a heavy neighbor who had stopped in front. - Do you have a problem?
For a moment the vehicle owner was somewhat stunned, moments that could only be perceived from a slow motion, but the noted Iris, and scared his eye, so the iris look that responded to the eyes of the owner was quite atypical. As a deer to see the lights of a car in the middle of the road.
They fell in love in his eyes, in his smile ... and although only a tenth of a second outside, fool's smile was still on his face.
No wonder. Iris was beautiful. Maybe too much to tell.
After a moment, the face of the owner returned to normal concern.
-We have had an accident. My sister is hurt. May we contact?
Iris had compassion, ran slowly toast, while the stunned owner watched her face, and without a word, gave him the phone, but with a warm smile on her unusual
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