LA HAZAÑA DEL AUSTRIACO FELIX BAUMGARTNER
Saltó desde la estratósfera e hizo historia batiendo récords
Se tiró desde 39.068 metros y millones de personas lo vieron volar en directo. Habría superado la velocidad del sonido
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El austríaco Félix Baumgartner estableció ayer el récord mundial al lanzarse desde un globo a 39.068 metros de altitud y aterrizar sano y salvo en paracaídas en el desierto norteamericano de Nuevo México.
La proeza del deportista extremo, de 43 años, comprende además que se convirtió en el hombre que llegó más alto en globo y que quizás sea el primero en romper la barrera del sonido en caída libre, como asegura su equipo, aunque ese resultado depende de verificaciones aún en curso.
En cambio, no pudo alcanzar el cuarto objetivo de su histórico viaje hasta 39 kilómetros de altura, ya que el récord de mayor recorrido en caída libre sigue perteneciendo al estadounidense Joe Kittinger, quien ayer, con 84 años, fue quien supervisó el equipo de control.
La prueba fue seguida en directo por millones de televidentes de todo el planeta, con cámaras instaladas en el globo y en helicópteros que registraron cada momento del vuelo y la caída.
Baumgartner voló dentro de una cápsula pendiente del gigantesco aerostato de helio, protegido por un traje presurizado parecido al de un astronauta; luego hizo el dramático salto y finalmente condujo su paracaídas sobrevolando la árida superficie en la que minutos después se posó suavemente sobre sus pies.
EL VUELO HACIA LA HISTORIA
El deportista austríaco había despegado desde la ciudad de Roswell a las 12.30 de nuestro país y, tras dos horas y media de vuelo sin contratiempos, superó algunos metros el nivel de 39.000, en la estratósfera, desde donde se podía apreciar con nitidez la curvatura de la superficie terrestre.
Con movimientos pausados, y tras un último control de los instrumentos, el paracaidista abrió la escotilla de la nave, se apoyó en una plataforma y, a las 15.05 hora argentina, se lanzó hacia la tierra.
Según los organizadores de la prueba, después de casi 30 segundos de caída libre habría roto la barrera del sonido, convirtiéndose en el primer hombre en superar los mil kilómetros por hora por sus propios medios.
Luego, el aire más pesado lo fue frenando, y al llegar a 4 minutos y 19 segundos de caída libre, Baumgartner abrió el paracaídas que le permitió realizar el suave descenso en el desierto de Nuevo México.
Tras aterrizar de pie, el deportista se echó de rodillas y levantó los brazos en deportivo festejo, mientras otra cámara mostraba los aplausos en el centro de control en Roswell, una ciudad famosa por las historias de ovnis.
La prueba, que fue preparada durante dos años, había sido retrasada en varias ocasiones. El martes tuvo que posponerse debido a los fuertes vientos, circunstancia que se repitió ayer y demoró la partida, pero que finalmente no impidió su realización.
Baumgartner fue controlado por médicos todo el tiempo desde la superficie, y el padre del paracaidista, de su mismo nombre, había dicho que “estaré contento cuando esté nuevamente abajo, recién ahí estaré bien” y describió su experiencia cómo una “montaña rusa de emociones”.
También la novia del paracaidista, Nicole, se mostraba nerviosa y había asegurado que “estaré aliviada cuando Félix esté frente a nosotros, sólo ahí podré alegrarme de que esté de nuevo aquí”.
El aventurero austríaco, también conocido como “Félix Sin Miedo”, llevaba toda su vida entrenando para este día. Nacido en Salzburgo en abril de 1969, Baumgartner hizo su primer salto a los 16 años y mejoró sus habilidades con paracaídas como miembro del equipo de fuerzas especiales del Ejército austríaco, y sus proezas llamaron la atención internacional en los años 90, cuando saltó desde las Torres Petronas y desde el Cristo Redentor de Río de Janeiro.
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